El ayuno intermitente nos ayuda a reducir el apetito y aumenta la oxidación de las grasas.
Este tipo de dieta es dura, ya que supone desayunar a la salida del sol y dejar de comer cuando el sol se pone, algo difícil para tener vida social en nuestro entorno.
En estudios se ha encontrado que el horario de comidas influye en el metabolismo energético, al mejorar la oxidación de las grasas ayudándote a quemar mas grasa de reserva, a la vez que reduce la sensación de hambre.
Hay dos tipos de ayunos intermitentes, de 12 horas y de 18 horas, ambos con 3 comidas al día y las mismas cantidades. El ayuno de 12 horas consta de desayuno a las 8:00h y cena a las 20:00h, en cambio el de 18 horas tiene desayuno a las 8:00h y cena muy temprana a las 14:00h .
Además dispones de muchas aplicaciones para móvil para apuntar todos los alimentos que ingieres al día y controlar tu dieta. Tener un control de todo esto te ayuda a perder más peso.
Este ayuno intermitente mejora la capacidad de autocontrol ya que en muchas ocasiones pensamos que tenemos hambre, pero no es un hambre real, es un hambre más bien falso, así que si somos capaces de «vencerlo», mejoraremos nuestra capacidad de autocontrol.
Uno de los primeros pasos es reducir el número de comidas a tres (desayuno, comida y cena). Cuando ya hayamos conseguido adaptarnos a realizar tres comidas, el siguiente paso es ir reduciendo las calorías del desayuno, hasta tal punto que no nos cueste no desayunar.